miércoles, octubre 31, 2012

Ana Mª Romero Yebra, persona comprometida con la poesía en mayúsculas, ha aceptado contestar a nuestras preguntas y ésta es la entrevista que merece, pensamos, leerse muy despacio. ¡Gracias, Ana Mª!






¿Cómo definirías la poesía infantil? 
Creo que es muy difícil definir la poesía y no sé si atreverme. Podríamos decir que "Es el medio más hermoso para acercar e integrar  los niños en su entorno y descubrirles el lenguaje de los sentimientos.”
¿Crees que hay una distanción clara entre poesía infantil y poesía para adultos? ¿Qué marca esta diferencia?
 Pienso que la división no está clara porque los niños se han apropiado y han hecho suyos poemas que los autores nunca escribieron para ellos. Sí hay algunas diferencias en cuanto a los temas tratados, la longitud de los versos, la rima...cuando se escribe para ellos específicamente, pero no creo que o suponga una división clara entre poesía infantil y poesía de adultos.
   En cuanto a mí, la diferencia cuando la escribo sí está clara. La poesía para niños me sale espontánea, directa, rápida, como un borbotón. Es una emoción que representa la niña que aún llevo dentro y, generalmente, no la retoco porque necesita esa frescura con la que ha sido creada.
   En un poema de adultos la temática es diferente, más "de mayores"  y también la manera de expresarla, con un vocabulario e imágenes poéticas más complicadas que releo, sustituyo o cambio con frecuencia hasta que considero que ya no puedo mejorarlo más y decido su publicación. Con la poesía infantil no me ocurre. Un poema de adultos que no acaba de satisfacerme lo dejo reposar y pasado un tiempo, lo releo y puedo mejorarlo. Un poema infantil que no sale "redondo" al escribirlo, va directamente a la papelera, no me sirve.
Menciona algún poeta que te haya impactado especialmente.
Hay muchísimos poetas que me han impactado, el primero Bécquer que leí con 10 u 11 años y me emocionó profundamente a pesar de que desconocía parte del vocabulario que utilizaba: cendal, joyeles, etérea...pero tenía un ritmo en sus versos y una profundidad que me encantaban (creo que es un caso de apropiación de poesía no infantil por mi parte) y sigo siendo fiel a sus poemas. Luego los típicos del bachillerato: Machado, Juan Ramón y muchos otros que vas descubriendo poco a poco desde niña porque la poesía me gustó siempre como lectura de sosiego, más que la prosa. Y dentro de la poesía infantil fue todo un hallazgo descubrir a Carlos Murciano,  a Joaquín González Estrada, a Carlos Reviejo y a  algunos más; no había entonces demasiados. Afortunadamente, hemos crecido en número.
No creo que a la hora de escribir me incline por uno que me impacte especialmente, pero pienso que algo de todos llevo en mi interior que ha contribuido a que escriba de una determinada manera pues me gusta la poesía de lo cotidiano, de los sentimientos...Los planteamientos filosóficos, la metafísica, el estilo grandilocuente de algunos poetas  los rechazo porque no me parecen materia de poesía. Si unos versos no me emocionan, para mí no tienen validez aunque su autor sea un poeta reconocido y encumbradísimo.
¿Por qué crees que se publica tan poca poesía infantil?
Se publica poca poesía infantil porque las editoriales buscan beneficios económicos y la narrativa se vende muchísimo más. Por el mismo precio del libro un crío puede "devorarse" uno de poesía en media hora o tener lectura para varios días con la narrativa. Los maestros prescriben y recomiendan por lo general libros de narrativa, así con resúmenes y preguntas de comprensión lectora cubren el expediente pues hay muy poco que se atrevan a jugar con la poesía en sus clases y a transmitirle a sus alumnos el gozo que representa leerla. En los libros para adultos ocurre lo mismo porque hay pocos amantes  de la poesía ya que no se les ha acostumbrado desde pequeños a disfrutarla.
Recomiendanos algún poemario actual.
Es muy difícil recomendar uno solamente. "La luna sabe a coco" de Juan Kruz Igerabide, en Anaya, "Yeray poeto" de Mar Pavón en Hiperión, cualquiera de los que ha publicado Juan Carlos Martín Ramos... los de Antonio Gómez Yebra, Carmen Gil o Carlos Reviejo... y por supuesto los míos que son muy bonitos.
¿A los niños les gusta la poesía?
 A los niños les encanta la poesía si la conocen. Están predispuestos a ella desde la cuna cuando son arrullados con nanas y canciones del folclore infantil, cuando juegan como niños al corro y a la comba, cuando aprenden retahílas y ensalmos, pero aún faltándoles todo esto porque no lo hayan tenido en sus primeros años hay una inclinación natural a la música, al ritmo que se identifica con la poesía y hay que ofrecérsela. Es un bien necesario aunque muchos no lo crean.
¿Cómo valoras la crítica literaria actual?
 No la valoro, sinceramente. Creo que está muy mediatizada por las modas, las tendencias y las campañas editoriales de difusión de determinadas obras. A veces coinciden  la buena calidad literaria con las buenas críticas, pero no es lo corriente. Yo he dejado a medias auténticos "bodrios" recomendados por críticos y me han encantado novelas o poemarios de los que nadie había hablado ni para bien ni para mal. Muchas veces el signo político de un autor es suficiente para que se le encumbre por los de su  cuerda, se le publique la obra sin problemas y aparezca en los medios frecuentemente. Totalmente penoso.
¿A la hora de escribir te planteas a tus posibles receptores?
No me planteo a mis posibles receptores. Escribo lo que me gusta y el resultado me dice si es adecuado para niños o para adultos y en función de lo que ha salido me planteo la estructura del libro si son poemarios para que tenga una cierta unidad y procuro buscar la editorial adecuada para evitar rechazos que son muy desilusionantes.
 ¿Por qué crees que la poesía sigue siendo un género minoritario?
El problema de la poesía como género minoritario es que casi todos los niños pasan su infancia sin ella desgraciadamente y sin ese aprendizaje y ese gusto por ella, es difícil que en el Instituto les encante un soneto de Lope o una égloga de Garcilaso, con lo cual harán un trabajo sobre el texto, no digo que no, pero nunca podrán apreciarlo (salvo excepciones que las hay porque a veces se descubre la magia de la poesía tardíamente) pero lo normal es que estos chicos, de adultos, tampoco lean poesía, por lo tanto se publica menos y los que la escribimos no estamos en la cresta de la onda editorial jamás a menos que haya un golpe de suerte con un premio o un libro que caiga bien, pero siempre será algo efímero porque no hay lectores. Un amigo mío dice, en el colmo del pesimismo, que en España no leen poesía ni los poetas. Y puede que sea verdad porque hay pocos lectores y en cambio muchos que la escriben y presumen de ser poetas.
¿Por qué o para qué escribes poesía?
 Escribo poesía porque me parece el más hermoso medio de expresión y necesito volcar mis sentimientos y mis emociones de esa forma. Si luego su lectura es útil para niños y mayores porque se identifican con ella, me parece maravilloso, pero llevo escribiéndola desde que tenía 10 ó 12 años y publiqué mi primer libro Isla de brétema a los 40, o sea que aunque no existiera la posibilidad de hacerla llegar a los demás, seguiría escribiéndola. Lo necesito. 

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